En la animación puede comparar el tamaño aproximado del SARS-Cov 2 con otros virus (Gripe, VIH y Fago λ), bacteria (Escherichia coli) y células (animal y vegetal). Tenga en cuenta que las escalas de tamaños son aproximadas. Les pongo dos ejemplos: los virus bacteriófagos tiene tamaños que van de los 20 a los 200 nm y las células ciliadas del epitelio pseudoestratificado del aparato respiratorio pueden tener tamaños variables según el grosor del conducto (traquea, bronquio o bronquiolo), incluso en bronquiolos pueden no ser ciliadas. Estos epitelios pueden tener alturas de entre 30-60 µm cuando tienen 4-6 filas de núcleos o más de 100 µm si tienen 8-9 filas de núcleos. Solo se trata de hacer una comparación a escala aproximada de seres vivos muy diferentes en tamaño (virus, bacterias, células...).
Los virus son agentes biológicos no celulares que infectan a células vivas reproduciéndose en ellas. En el ser humano causan, entre otras enfermedades, fiebre amarilla, gripe, vih, hepatitis vírica, herpes, paperas, poliomielitis, resfriados, rubéola, sarampión, varicela y COVID-19. En los animales causan moquillo y fiebre aftosa. En plantas son responsables del mosaico en tabaco y patata. Algunas plantas infectadas por virus son muy apreciadas como ornamentales Ej. Algunos tulipanes. Se han utilizado artificialmente virus en el control biológico de plagas para combatir insectos desfoliadores en los bosques y en la mixomatosis del conejo. Los virus afectan a los mecanismos de adaptación y diversificación de los organismos vivos tal como estudia la virología evolutiva.
Según Santiago F. Elena, Profesor de Investigación del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-Universidad Politécnica de Valencia), "los
virus, y en particular aquellos que poseen al ARN (ácido
ribonucleico) como material genético, son los parásitos más
abundantes que infectan a animales, plantas y bacterias". Este autor, en el artículo "Una aproximación experimental a la evolución viral: desentrañando los papeles de la mutación, la selección y el azar", menciona también que "El hecho de que haya pocos virus que se puedan controlar de una manera eficiente con los fármacos más modernos, así como la constante aparición (o reaparición) de nuevos virus son consecuencia de dos factores: (1) la plasticidad evolutiva intrínseca a los genomas de ARN y (2) la irrupción y la alteración que el hombre hace en los ecosistemas en los que naturalmente viven los virus". Este mismo autor menciona que los virus ARN han de ser estudiados con el fin de desarrollar estrategias antivirales adecuadas pero también porque son excelentes herramientas en el estudio de los
mecanismos de adaptación y diversificación de los organismos vivos. Santiago F. Elena menciona tres razones que hacen de los virus un sistema modelo para el estudio evolutivo: "en
primer lugar su pequeño tamaño y simplicidad estructural...", "en segundo lugar, la gran velocidad con que se reproducen y los tremendos tamaños que sus poblaciones alcanzan durante la infección de un huésped. Por último, el hecho de que las enzimas encargadas de replicar sus genomas carecen de los mecanismos necesarios para corregir las mutaciones que se generan durante la síntesis de la progenie..." En sus conclusiones, Santiago F. Elena menciona que la mutación en los virus "es la clave fundamental para entender cómo los virus evolucionan y se adaptan a todas las circunstancias y desafíos que les plantea el siempre fluctuante mundo en el que se ven forzados a vivir. Estas fluctuaciones pueden estar causadas por el salto a un nuevo huésped, por la presión del sistema inmunitario u otros mecanismos de defensa de los huéspedes, o por la presencia de fármacos antivirales. Cuando la mutación se combina con el efecto de la sección natural, entonces las poblaciones virales aumentan su eficacia biológica y se adaptan a la situación ". Estos trabajos se enmarcan en la denominada virología evolutiva.
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