Esta última clasificación ha sido muy aceptada pero, posteriores estudios, la complementan. En el último cuarto del siglo XX (Woese et al.) se separa el reino monera inicialmente en dos reinos: Eubacteria y Archaebacteria. Poco después estos mismos investigadores establecen una clasificación en tres dominios: Bacteria, Archae y Eucarya. Finalmente, a finales del siglo XX (Cavalier) se establece una clasificación en dos imperios (procariota y eucariota) y seis reinos (Bacteria, Protozoa, Chromista, Fungi, Plantae y Animalia) y con ello separan el reino protista en dos nuevos reinos. Los imperios de esta nueva clasificación coinciden con los grupos de Chatton.

 

En resumen, con las nuevas aportaciones de Cavalier se complementan las clasificaciones biológicas de Whittaker y Woese que siguen siendo muy útiles. Por supuesto, como en otros muchos temas en ciencia, la clasificación biológica sigue en continua revisión y actualización.

El dominio Eukarya incluye a organismos con células eucariotas, es decir, con núcleo auténtico y orgánulos membranosos. El reino Animalia incluye a organismos pluricelulares, heterótrofos y móviles. El filo Chordata agrupa a aquellos animales con notocorda o cordón nervioso que les recorre todo el cuerpo. La clase Mammalia incluye a animales cordados, de sangre caliente, con pelo y que dan de mamar a sus crías. El orden Carnívora agrupa a mamíferos con dientes especializados que, en muchos casos, viven principalmente de carne. La familia Felidae incluye a aquellos carnívoros con el cráneo corto y mandíbulas desarrolladas. El género Felis agrupa a aquellos felinos de pequeño tamaño, cola larga y especializados en cazar roedores, pájaros y lagartijas. Por último, la especie Felis silvestris incluye a los gatos salvajes o monteses de los que proceden los gatos domésticos como el de la imagen. Los gatos domésticos se incluyen en la subespecie: Felis silvestris catus.

 

 

 

 

 

 

Lynn Margulis considera a los pluricelulares (plantas, animales...) como comunidades de células que se autoorganizan para conseguir la máxima potencialidad evolutiva. Las bacterias generarían esta complejidad y son el motor de la evolución mediante  simbiogénesis.

La simbiogénesis es el proceso por el que surgirían las células eucariotas de protoctistas, hongos, plantas y animales. Las nuevas características de estas células más complejas proceden de la incorporación simbiótica de bacterias que anteriormente llevaban vida libre. Lynn Margulis restó valor a las mutaciones aleatorias de la biología evolutiva y planteó una nueva visión del proceso de evolución. Para Margulis la evolución se debería a la incorporación genética en los organismos mientras tendemos a organizarnos en entidades más grandes y complejas.

"La simbiogénesis reúne a individuos diferentes para crear entidades más grandes y complejas. Las formas de vida simbiogenéticas son incluso más improbables que sus inverosímiles «progenitores». Los «individuos» permanentemente se fusionan y regulan su reproducción. Generan nuevas poblaciones que se convierten en individuos simbióticos multiunitarios nuevos, los cuales se convierten en «nuevos individuos» en niveles más amplios e inclusivos de integración", [Margulis, Planeta Simbiótico].

"Afortunadamente, gracias a la genial bióloga estadounidense Lynn Margulis, hoy tenemos la solución a este desconcertante enigma: una explicación científica mucho más sensata, lúcida y creativa que la que se ha empeñado en sostener la ortodoxia neodarwinista durante los últimos 35 años, pese a tener la solución, publicada por Margulis en 1967, literalmente delante de sus narices. La ortodoxia se ha resistido con uñas y dientes —en gran medida sigue resistiéndose— a aceptar la teoría de Margulis por el sencillo hecho de que no encaja con sus prejuicios darwinistas. Pero si usted logra liberarse de ese lastre irracional y anticientífico, verá inmediatamente que la idea de Margulis no sólo es la correcta, sino que está dotada de un luminoso poder explicativo. El modelo de Margulis sobre el origen de la célula eucariota no es gradual, pero no le hace ninguna falta para ser factible. Implica un suceso brusco y altamente creativo, pero también enteramente materialista, ciego y mecánico"  [Javier Sampedro, Deconstruyendo a Darwin.].

Para Lynn Margulis  "...vida es materia y energía, sensible a su entorno y con capacidad de escoger...".

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