En las llanuras y campos cerealistas los suelos típicos están formados por arcillas y calizas; bien estructurados y con altos rendimientos en la producción de cereales. La altitud suele ser inferior a los 1000 m. El clima es continental templado con veranos cálidos y secos mientras que los inviernos son fríos y húmedos. Las lluvias son más abundantes en primavera y otoño.
Los componentes bióticos de estos ecosistemas se caracterizan por una vegetación herbácea como la amapola (Papaver rhoeas), el cardillo (scolymus hispanicus) y gramíneas como el trigo (Triticum vulgare), cebada (Hordeum vulgare y murinum)...; arbustivas como el tomillo (Thymus vulgaris), romero (Rosmarinus officinalis) o vitáceas (Vitis vinifera) y arbóreas como el álamo blanco (Populus alba), álamo negro (Populus nigra), Pino piñonero (Pinus pinea) y en ocasiones encinas (Quercus ilex).
La fauna típica de estos ecosistemas incluye numerosos invertebrados y vertebrados. Entre los primeros podemos citar, entre otros, a las hormingas negras (Lasius niger), saltamontes (Oedaleus caerulescens), escarabajo pelotero (Scarabus sacer) y diversos arácnidos. Entre los vertebrados encontramos diversas aves: avutarda (Otis tarda), perdiz (Alectoris rufa), codorniz (Coturnix coturnix), aguilucho cenizo (Circus pygargus), cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), ratonero común (Buteo buteo), mochuelo (Athene noctua)... así como mamíferos: oveja (Ovis aries), lobo (Canis lupus), topillo (Microtus arvalis), conejo común (Oryctolagus cuniculus), liebre (Lepus capensis), galgo (Canis lupus familiaris), tejón (Meles meles), zorro (Vulpes vulpes)... y reptiles: culebra de escalera (Elaphe escalaris). El sapo común (Bufo bufo) es un representante de los anfibios.